Los antibióticos son medicamentos destinados al tratamiento de infecciones causadas por bacterias, actúan atacándolas directamente impidiendo que se reproduzcan y que la infección crezca.
El uso de adecuado de estos puede ser de gran ayuda por su efectividad y rapidez, sin embargo cuando se usan de forma inapropiada pueden ocasionar serios problemas de salud.
Las infecciones pueden ser causadas por virus, bacterias, hongos y parásitos, pero los antibióticos sólo actúan contra las bacterias. Es decir que si tienes gripa, por más dura y por más malestar que tengas, en ningún caso debes auto medicarte y mucho menos usar antibióticos.
Existen diferentes clases de antibióticos todos actúan de manera distinta y combaten distintos grupos de bacterias, por esta razón es completamente indispensable antes de la utilización de alguno tener un diagnóstico preciso, para determinar la bacteria que está causando la infección y poder conocer qué tan grave es. Así el médico podrá sugerirte el tratamiento más indicado y la dosis necesaria.
Lo primero que debes saber es que las bacterias son microorganismos vivos, por esta razón tienen una alta capacidad de adaptación. La misma que les ha permitido desarrollar mecanismos de resistencia a uno o varios antibióticos. Por esta razón el uso de algunos antibióticos han perdido eficacia contra algunas bacterias.
Una de las razones principales de adquirir resistencia bacteriana es el uso indiscriminado de antibióticos, por ejemplo cuando los usamos para una gripa, o cuando son consumidos creyendo que así se evita algún tipo de infección.
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