Mucho hemos hablado sobre el cuidado de tu salud mental, con una buena salud mental podrás habitar el presente con todas las herramientas emocionales, disfrutar de las cosas valiosas de la vida, disfrutar de tu familia y así poder soñar y construir un futuro sin tanta incertidumbre.
Los mensajes de algunos medios, y la sociedad en general se ha concientizado en que la salud mental es un tema del que hay que hablar a tiempo en todos los entornos en los que relacionamos. Nuestro entorno familiar, nuestros amigos más cercanos e incluso compañeros de trabajo.
De la misma forma que hemos aprendido a conocer qué tipo de alimentos nos convienen o no para nuestros procesos alimenticios, también hay alimentos que no nos convienen si estamos en algún proceso emocional o mental personal.
Por eso hoy queremos contarte sobre 8 alimentos que te proponemos evitar para no cargar tu cerebro y hacerle su trabajo mucho menos complicado.
Azúcar y otros edulcorantes
Además de inhibir y debilitar el sistema inmune, el azúcar afecta profundamente nuestro cerebro; perjudicando la memoria, afectando e incluso provocando daños neurológicos.
Las gaseosas, las bebidas energizantes, los zumos artificiales y los batidos presentan mayor concentración de estos compuestos.
Sal
Los alimentos salados o con exceso de sal refinada (cloruro de sodio) son un riesgo para la salud, ya que son causantes de la hipertensión arterial que por supuesto afecta directamente al cerebro y de problemas como la retención de líquidos, sino que por su alto contenido de sodio aceleran el deterioro de las funciones cognitivas, así como la capacidad de razonamiento.
Grasas saturadas
Las grasas saturadas se encuentran principalmente en la comida rápida.
Las grasas saturadas e hidrogenadas presentes en estos tipos de alimentos desequilibran los niveles de azúcar en la sangre, generando, por lo tanto, cambios en el estado de ánimo y ansiedad. El exceso de este tipo de comidas también puede generar cansancio general en el organismo, o por el contrario, un subidón energético que se mantendrá por un tiempo para luego descender bruscamente, lo que desencadenará un bajón emocional o un desequilibrio en la gestión de tus emociones.
Alcohol
No hay discusión en que el alcohol es una fuente extra de calorías para nuestro cuerpo, además de ser adictivo el alcohol afecta la zona prefrontal de nuestro cerebro, esta área es la encargada de controlar las funciones de nuestro cuerpo de acción y ejecución, el desarrollo de estrategias, la memoria laboral, y el control de la conducta.
Por eso sea baja o alta la ingesta de alcohol tu cerebro va a presentar deterioro en algunas funciones.
Cafeína
La cafeína es un alcaloide que tiene acciones directas sobre el sistema nervioso central, esto produce cambios en el cerebro ya que el efecto estimulante inhibe la adenosina, la sustancia responsable de que percibamos el cansancio.
El abuso en el tiempo puede producir adicción y disfunción en la actividad cerebral que nos impida de forma natural ir a trabajar, estudiar o cualquier otra actividad cuando no consumimos dicha sustancia. Afectando nuestra salud mental.
Productos curados
Los productos curados como el jamón serrano a pesar de que son deliciosos en sabor, son altos en grasa y sal y al consumir esta cantidad de sal, el cuerpo retiene líquidos y va a requerir mayor cantidad de agua.
Esto puede provocar deshidratación y por tanto una disminución de las funciones cognitivas.
Cuando nos cuidamos de manera consciente y conocemos aquellos factores que no le hacen bien a nuestro cuerpo estamos apostando por una mejor calidad de manera integral.
– Fuentes